Culpa exclusiva del dueño del perro de caza atropellado tras una batida por el vehículo que había recogido la pieza abatida

Audiencia Provincial Asturias, Sentencia 57/2024, 5 Feb. Recurso 426/2023 (LA LEY 51239/2024)

Diario LA LEY, Nº 10516, Sección Sentencias y Resoluciones, 30 de Mayo de 2024, LA LEY

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CIVIL

La causa del atropello recae sobre el dueño del animal, al no recoger a sus perros tras la batida de caza, y no tenerlos controlados para trasladarse con ellos a otra zona, lo que impide afirmar la realidad de una conducta negligente en el conductor del vehículo.

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El perro de caza propiedad del demandante fue atropellado tras una batida en la que había participado por el vehículo que había recogido la pieza abatida.

El Juzgado de Primera Instancia desestimó la acción de responsabilidad extracontractual ejercitada por el propietario del animal, pronunciamiento que es confirmado por la Audiencia Provincial de Asturias.

La sentencia de apelación comparte el criterio de la de primera instancia que exoneró de toda responsabilidad al conductor del turismo y dispuso que la muerte del animal se produjo por culpa exclusiva del actor.

La cacería ya había terminado y se disponían a cambiar de zona y se había cargado la pieza abatida en el coche causante del siniestro que se encontraba en una explanada del monte y se dirigían a otra zona. En esta situación, se suelen recoger los perros aunque cada montero lo hace a su manera, si son obedientes los suelen dejar sueltos. En este caso, los perros estaban sueltos con el montero que iba caminando y al llegar el conductor a su altura se le acercó para preguntarle si quería subir al coche, y al arrancar el vehículo el perro se le metió por un lateral del coche, el del lado del conductor y de la mitad hacía atrás, por lo que aun siendo consciente de la presencia de los perros, le fue imposible ver que el perro se metía debajo del coche, pese a que circulaba a muy poca velocidad, al paso de una persona, sin realizar maniobras raras.

En estas circunstancias, la Sala concluye que la causa del atropello recae sobre el propio dueño del animal, al no recoger a sus perros tras la batida, y no tenerlos controlados para trasladarse con ellos a otra zona, lo que impide afirmar la realidad de una conducta culposa o negligente en el conductor del vehículo. No existe prueba de que condujera a velocidad superior a la vía en la que se encontraba o de manera desatenta, no pudiendo apercibirse de la maniobra del perro metiéndose debajo de su coche, pese a ser consciente de la existencia de los perros sueltos, pues su mera presencia no comporta que alguno de ellos fuera a realizar esa conducta tan sorpresiva.

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